Un millón de gotas

Cada historia que uno lee de Víctor del Árbol, es abrir un nuevo viaje a lo más profundo del alma humana, navegar por sus más recónditos parajes, perderse en sus infinitas emociones dejándose la piel con cada paso , impregnándose de dolor a cambio de recibir una lección de vida.

"Un millón de gotas" es un magnífico ejemplo de ello.
Uno de esos relatos sin género específico pero que aúna muchos de ellos, que permanece en nuestra mente mucho después de concluida su lectura.
Narrado en dos tiempos que discurren de forma paralela hasta desembocar en un desenlace que los reúne para dar forma a ese mar inquietante, infinito y de profundidad intensa que es la vida misma.

De la mano de Gonzalo Gil, un abogado castrado por la omnipresente figura de un suegro para el que nunca estará a la altura, asistimos al teatro de una vida familiar sustentada en la inercia de los años, en la comodidad de la costumbre que se ve rota cuando recibe la noticia del suicidio de su hermana Laura, con la que no tenía trato desde hace años.
Cuando se hace cargo de la gestión de su entierro, descubrirá que su hermana era sospechosa del asesinato de un mafioso ruso, responsable del secuestro y asesinato de su hijo. Su involucración en la investigación de estos hechos, trastocarán su rutinaria vida y le llevarán hasta un pasado familiar insospechado, acercándole a la figura de su padre, Elías Gil, un héroe comunista que abandonó su Asturias natal para desarrollar su carrera de ingeniería en la URSS enarbolando los ideales de la revolución. Traicionado y condenado a la isla de Názino, su supervivencia a la experiencia le convirtieron en un personaje temido y odiado en los años del franquismo español.

Un relato a dos tiempos que atrapa nuestra atención, mostrándonos las luces y sombras de nuestra humanidad cuando se ve expuesta a las circunstancias más extremas y donde el primario instinto de la supervivencia se impone a la razón. Cuando cada decisión, acertada o no, marca nuestro camino hasta romper nuestras creencias, nuestras esperanzas y nuestros ideales.

Calificación: Sobresaliente cum laudem.
Demoledora, intensa e inolvidable.

Lo mejor: La verdad de todos y cada uno de sus personajes sin extenderse innecesariamente ofreciéndo sin embargo, todos los aspectos de los mismos; la estremecedora experiencia de los condenados por traición al gobierno soviético en los campos de trabajo; la crueldad desnuda del alma cuando se pierde la conciencia del bien y el mal; los insospechados caminos del amor como vehículo para el castigo expiando la propia culpa; la extraordinaria madurez del relato y su ritmo sin tregua.

Lo peor: Sospechar que no hay redención posible.

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