El orfanato
Es un placer cuando tras anhelar más de un año ver un título en cine, al que hemos seguido desde que era un proyecto hasta que comienza su maquinaria de marketing y por fin su proyección, uno sale de la sala totalmente superado por las mejores expectativas en lo que al resultado se refiere.
Y es que este primer trabajo de J.A. Bayona supera cualquier espectativa pese a estar avalado por la buena crítica en sus pases previos.
Aunque resulta inevitable hacer referencia a otro título del cine español reciente, que también tuvo la osadía de acometer el difícil género del fantástico con un éxito arrollador, ("Los Otros" de Alejandro Amenabar), la película de J.A. Bayona va más alla porque apuesta por una protagonista totalmente española (una inmensa Belén Rueda que se come literalmente la pantalla y atrapa al espectador en su particular pesadilla que culmina en los diez minutos finales), con producción del mexicano Guillermo del Toro, (artífice también de otro éxito del cine en español: "El laberinto del fauno") y cuenta con un guión que aparte de sumergirnos en el ambiente propio del género del fantástico-terror (sobresaltos muy logrados incluídos), tiene un tinte dramático que nos araña el alma, especialmente con la resolución de la trama, aunque por otra parte, es inevitable si la historia quiere ser coherente en su discurso, que sea de esa manera, pero no por ello deja de doler (y mucho).
La historia es la del matrimonio de Carlos y Laura que deciden instalarse junto con su hijo Simón en el orfanato que ella creció de niña y transformarlo en un centro para niños discapacitados. Coincidiendo con su llegada, Simón, ya de por si un niño con una imaginación arrolladora, comienza a elaborar unas historias sobre personas que sólo él ve que siembran la inquietud entre sus padres, especialmente en su madre, más sensible a estos temas, que comienza a dar crédito a las palabras de su hijo cuando siente en sus propias carnes que algo extraño sucede en la casa, especialmente tras la aparición de una extraña agente social que desentierra los verdaderos orígenes de Simón y su enfermedad y comromete la unión familiar cuando el niño revela saber esos datos sin que sus padres se los hayan comunicado.
Como colofón, durante la fiesta de inauguración del centro y tras una discusión con su madre, Simón desaparece sin dejar rastro, comenzando la lucha interna de su madre por la realidad de lo sucedido y lo que los extraños fenómenos demostrarán que realmente ha pasado, quebrando su voluntad, haciéndola dudar de su cordura ante la incredulidad de su esposo que intenta dar respuesta racional al hecho negando incluso las evidencias que un grupo de parasicólogos que Laura contrata les revelan.
La ambientación, la fotografía, la música y un excelente trabajo actoral en el que destaca sobre todo su protagonista, Belén Rueda, sin menospreciar ni mucho menos a su parteneire, convierten "El orfanato" en un film intenso, desconcertante y de culto.
Absolutamente recomendable para todos aquellos que disfruten de las historias bien contadas, con transfondo y que no teman enfrentarse al más allá.
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