Un mundo sin fin
Se ha hecho de rogar a la hora de acometer una segunda incursión en el terreno de la ficción histórica tras el descomunal éxito de la predecesora "Los Pilares de la tierra" y con una casi desconocida "Un lugar llamado libertad", pero al fin, Ken Follet nos ha ofrecido un libro que ha aplacado en cierto modo, las expectativas de sus lectores habituales y/o casuales.
Sin llegar a ser tan extraordinaria como la obra que lo encumbró en el cénit del universo literario, es una historia bellísima que a pesar de sus 1136 páginas se hace corta. Me niego a considerarlo una segunda parte de la anterior, porque sólo tiene en común con aquella el escenario en que se desarolla y algunas alusiones a "Jack Builder", el constructor de la catedral de Kingsbridge, la aldea inglesa donde se desarrolla la acción. Por lo demás, es una historia totalmente independiente de aquella, en la que Follet sigue luciendo una briosa fuerza, aportando algunas ideas más acordes a la sociedad actual, por ejemplo atreviéndose a hablar de relaciones entre personajes del mismo sexo, aunque sólo sea de puntillas, eso sí, porque sin duda, Follet sigue acometiendo con mayor crudeza los pasajes que profundizan en las relaciones heterosexuales.
Pese a todo, sus personajes, con la misma característica coral que su predecesora, si bien hay tres que podríamos decir vitales para el desarrollo de la acción, no terminan de cuajar en el corazón del lector. Así como en "Los Pilares de la tierra", uno se enamoraba de dos o tres de sus personajes hasta el final, en esta trama oscilamos de unos a otros pero sin que podamos decidirnos por uno en concreto, porque tarde o temprano, sus acciones contradicen su espíritu inicial o bien nos ofrecen una imagen antipática, (esto principalmente sus dos principales protagonistas: Mertin y Caris). Únicamente los antagonistas, mantienen una actitud coherente a sus acciones y se mantienen hasta el final, que justamente les llega, aunque sinceramente, me hubiera gustado que en esta ocasión los protagonistas hubieran tenido otro final. También se lo merecían. Creo que quizá es lo que estropea la historia en cierto modo.
Existe también una trama secundaria que si bien se perfila de un modo coherente, termina retorciéndose sobre si misma de una manera tan imposible que se estropea todo encanto o empatía inicial con ella.
La mejor parte sin duda, corresponde a la epidemia de peste que asola a la aldea, donde se nos revela la mejor esencia de Follet que no se muestra tan contundente como acostumbra, que vacila al tomar las alternativas más lógicas a sus personajes sustituyéndolas en favor de lo que los potenciales lectores (o editores, me atrevería a decir) desean.
Pese a todo, merece un hueco en nuestra biblioteca y tiempo para saborearla como se merece este genio de la escritura, quizá más complaciente pero nunca aburrido.
Para los que gustan de historias universales.
Calificación: Notable
Lo mejor: su capacidad descriptiva; Su ambientación; todos y cada uno de sus antagonistas pese que uno de ellos desaparece, en mi opinión, demasiado pronto y de otro nos quedamos con las ganas de descifrar la incógnita de la "M "que ocupa su corazón (aunque sólo cabe una posibilidad) pero que la trayectoria del personaje contradice por completo; la complejidad del personaje de Ralph; Gwenda en ocasiones; el personaje de Thomas.
Lo peor: la irritante perfección de Mertin; La insufrible relación entre Mertin y Caris, que llega hasta a aburrir; algunas reiteraciones innecesarias; Su final, un tanto azucarado.
Escuchando MANA "Si tú no estás"
Comentarios
Por los e-mails que recibo veo que viento en popa, ¿no?
¡Anímate a leerlo! Tú eres capaz de eso y mucho más aunque no quieras adminitirlo.
Ya van para dos años que estás fuera y fíjate, parece que ha sido la única forma de encontrar un poco de felicidad.
A veces, hay que enfrentarnos a los retos para encontrar el camino que nos está esperando.
Yo me alegro de que el tuyo, se vaya despejando.
Un abrazo y un beso enorme.