Crimen en directo

Siempre es un acierto acudir en busca de acción a esos autores cuyos libros nunca decepcionan.
Esto sucede con la escritora sueca Camilla Läckberg.
Pertenece a esa suerte de escritores de novela negra que llegaron del frío, para mostrarnos tramas sórdidas, investigaciones policiales veraces y complicadas que escondían, además, interesantes estudios de la psique humana, de conductas y sobre todo,del entorno familiar, transformándolo en un nuevo escenario de pesadilla.
Así mismo, no falta una trama que aprovecha para realizar una crítica social que no deja indiferente.
En "Crimen en directo", la autora retoma el tándem protagonista de sus tres libros anteriores para seguir contándonos su evolución coincidiendo con la llegada de un programa de telerealidad, que va a grabarse en su localidad.
La muerte de uno de los concursantes tras una discusión grabada, unida a las dudas que se le plantean a Patrick Hëdstrom,  encargado del caso, a la hora de dar por cerrado otro de una muerte por accidente de circulación en extrañas circunstancias, son los hilos conductores de una trama solvente, ágil que atrapa inevitablemente al lector pese a que, para aquellos habituales del género, pronto intuimos el responsable. Y esta baza, lejos de jugar en su contra, favorece la lectura en nuestro afán por entender qué lleva a alguien a actuar de ese modo.
Destacable y extraordinaria la crítica que subyace hacia los programas de telerealidad, sus participantes, sus organizadores y el público en general que consume este tipo de productos.
También hay una trama que ataca directamente a los homófobos muy bien tratada y mejor llevada.
Da mucho que pensar.

Puntuación: Notable
Altamente recomendable para los amantes del negro inteligente.

Lo mejor: La fabulosa construcción de sus personajes secundarios; su crítica voraz; su agilidad.

Lo peor: El personaje de Erika que tanto nos cautivó en "La princesa de hielo", va paulatinamente perdiendo su esencia con cada nueva entrega, evolucionando lógicamente con las circunstancias de su vida mientras que el de Patrick adquiere más entidad y no se aprecia en él esos cambios, que por otra parte, no tienen una reacción "real" por parte de Erika.


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