Luz
Como sucede con toda obra literaria, hay algo más allá del libro que finalmente llega a nuestras manos, en el proceso creativo que culmina con su publicación.
En este caso particular, "Luz" fue concebida hace diez años por su autor, como una respuesta personal a un artículo de opinión publicado por el siempre grande Antonio Gala, que versaba sobre el dolor de una madre ante la pérdida de su hija, asesinada de forma violenta siendo apenas una niña. Esta madre era Mª del Mar Bermúdez y su hija, Sandra Palo.
Con esta semilla, Ángel concibe una historia inicialmente protagonizada por una madre que también pierde a su hija en circunstancias similares y como contrapunto habla también de otra madre, la del asesino, y de como ambas quedan destrozadas, rotas por el dolor buscando respuestas que reconcilien sus vidas.
Documentación sobre casos parecidos, visionado de películas, leyes que se aplican (o no) en estos casos, consecuencias, construcción de personajes, escenarios... un arduo trabajo que se inicia mucho antes de plasmar en papel la historia final.
Una vez seleccionados los aspectos que se quieren exponer, porqué y con qué finalidad, queda decidir el cómo. Ángel tiene un gran bagaje teatral tanto como actor, como director, y la visualización que tenía de la historia, para que fuera más real, más auténtica, más cercana, era su representación teatral.
Si ya es difícil construir una historia en el género narrativo, imaginad hacerlo dramatúrgicamente. Todo un reto que su autor consigue en una magistral obra teatral de dos actos.
En el primero, la protagonista es Maitos, una mujer que acaba de ser informada de que la desaparición de su hija Luz ha terminado con el hallazgo de su cadáver ultrajado.
Apoyada por su abogada y psicóloga Gema y la asistente de ésta, María, irá desgranando poco a poco detalles de su vida marital y familiar que le revelarán que, a su vez, ella también es una víctima.
Por otra parte está Lucía, la madre de Rubén, detenido como principal culpable de la muerte y violación de Luz. La visita de Lucía a la cárcel donde está recluido su hijo en busca de respuestas a una conducta tan inhumana, la llevarán a conocer la verdad de lo sucedido con la chica mientras rememora cómo ella misma huyó de su país huyendo de una violencia que, como la mala hierba, se resiste a salir de su vida.
Esta primera parte se cierra cuando Raúl, ex marido de Maitos, tomándose la justicia por su mano, asesina a Rubén mientras es conducido a los juzgados.
En el segundo, acto, el protagonista absoluto es Raúl que, a petición del fiscal Roberto, relatará los motivos que le llevaron a no dejar que la justicia "legal" siguiera su curso.
En este punto, Maitos se nos revelará como doble víctima: Por una parte, por la crueldad de unos desalmados que acaban con la vida de su hija; Por otra, por una sociedad que le reprocha hipócritamente que su marido haya obrado fuera de la ley aunque tampoco le ofrezca garantías de recibir auténtica justicia.
Sólo esa capacidad innata de la mujer para el perdón, reconciliará ambas partes valiéndose de una instante de contricción entre ambas madres.
Un texto de plena actualidad, reivindicativo, maduro y de una crudeza dolorosa.
Calificación: Sobresaliente.
Para reflexionar intensamente.
Lo mejor: La fuerza de sus personajes; la verdad desnuda de los hechos; su conmovedor final; sus posibilidades cinematográficas.
Lo peor: Que al estar escrita como una obra de teatro alguien recháze su lectura por creerla dificultosa.
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