Esas flores no las quiero

Esas preciosas flores puedes tirarlas, no las quiero yo. Para tí sólo han sido dinero para comprar mi ilusión. Para adornar tus palabras, aprendidas y desgastadas, usadas en más de una ocasión.
Son flores que esconden el olor de la mentira, que han crecido en la semilla de la traición, como la mala hierba que anida en el fondo de tu corazón. Un corazón de mal curadas heridas con remiendos de dolor.
Me regalas flores envenenadas y esas no las quiero yo.
Prefiero las que asoman al camino al abrigo del sol, que se mojan con la lluvia sin disfrazar lo que son: Tesoros en el olvido que florecen sin razón, para alegrar el agreste camino que a solas recorro yo.
Esas flores adornadas que me regalas, no las quiero yo. Que son trampas de espinas que gritan pidiendo perdón.
Prefiero un abrazo sincero, unas manos sólo llenas de amor, una mirada limpia de un agreste corazón.
Si quiero flores bonitas, ya me las compro yo.

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