Me he propuesto concluir la saga de Anne Rice durante el verano y parece que lo voy a conseguir. Ya he terminado la cuarta entrega "El ladrón de cuerpos" si bien me ha dejado un cierto mal sabor de boca. Claro que después de la trilogría inicial, tan sublime, mantener el ritmo hubiera sido difícil, no obstante, se renuevan contenidos. A diferencia de otros autores, y pese a utilizar el recurrente personaje de Lestat de nuevo, me consta que debe ser su creación favorita, no se queda en lo explorado, se abre a nuevos caminos y eso es estimulante y de agradecer si bien se echa de menos la contundencia de la primera etapa. En este libro de nuevo de la mano del vampiro Lestat, somos conducidos a la condena de la eterna noche, a su soledad y al astío que ello provoca en el protagonista que está decidido, cual practicante de puenting, a buscar las extremas sensaciones de su vida inmortal jugando con los factores que le pueden provocar la temida y al mismo tiempo, anhelada muerte...