Tareas pendientes
Supongo que no soy la primera ni la última persona que, en ocasiones, se pone a pensar en aquellas cosas que aún le quedan por hacer, las que dejó por terminar, las que hizo bien/mal/regular. En esos momentos también dejo volar la imaginación sobre aquellos objetos, ideas o cambios que pensé realizar y que, bien por falta de dinero, tiempo o ganas (esto último es más bien pereza, he de reconocerlo) aún no obran en mi poder, se quedaron en meros proyectos o directamente dejé para un momento mejor. A otras, sencillamente renuncié. Con los años, uno se da cuenta de que a veces, aplazar las cosas, no hacerlas o relegarlas al olvido no evita que se almacenen en nuestra cabeza para volver en el momento más inoportuno. O en las circunstancias propicias o, sencillamente, cuando realmente estamos preparados para llevarlas a cabo. Depende del caso que uno quiera hacerles. Estas son algunas de las mías: Sacarme el carnet de conducir.- Con poco más de dieciocho años, la gran may...