El pueblo ha hablado... y ha sido escuchado.

Por fin Chirac ha escuchado al pueblo (a jóvenes y no tan jóvenes) que tras dos meses intensos han reclamado la retirada de una ley tan imposible como reaccionara como no le ha quedado por más remedio que reconocer a Villepin (quién debería ser propuesto al cese de su cargo por semejante barbaridad). Ójala aprendiéramos aquí que si todos nos unimos para tirar hacia un mismo lado, el bienestar común, podríamos mover el mundo en aquel punto en que lo pisamos. Pero aquí preferimos barrer hacia nuestra casa, mirar hacia otro lado mientras la basura se acumula en el centro, como si se tratase de "tierra de nadie" y sin querer percatarnos que por muy reluciente que sea nuestra vida, esa basura apesta y llegará un momento que convierta el aire que respiramos en algo nausaeabundo.

La semana pasada, un político socialista que ocupaba el cargo de ministro de Defensa, pese a que aguntó chaparrones y tifones en torno a su persona sobre su autoimposición de medallas ajenas, decidió plantarse en esa calle central para decir que algo apestaba. Y si los demás barremos para nosotros, ¿por qué no concederle a él ese privilegio?. Esa dimisión, ha sido todo un ejemplo que a mis ojos borra cualquier error anterior, porque a fin de cuentas humanos, somos todos y el que esté libre de pecado, que tire la primera piedra. ¡Bravo señor Bono! Por echar los restos y no participar de la desmembración de este país. Porque el que parte y reparte, ya lo dice el refranero, se lleva la mejor parte.

Escuchando M-CLAN "Sopa fría"